8/27/2007

40 años del PNP

Cuarenta años y lo mejor está por venir

Ismael Fernández

Hoy por hoy el Partido Nuevo Progresista es la esperanza de nuestro pueblo, señala el camino del futuro y la seguridad, y representa la salida del oscurantismo colonial que degrada y desdice de todos los puertorriqueños.

Por eso el título de este espacio, escrito y dedicado con mis mejores recuerdos a su fundador don Luis A. Ferré y al grupo que lo acompañó en aquel gesto de superación y sacrificio para enfrentar la adversidad y defender un ideal y una causa que no debía ser abandonado a sus enemigos. Que aún insisten en ese propósito.

Pero para llegar a este presente tan prometedor, el PNP ha superado momentos sumamente difíciles. Más que un partido político, el PNP es un partido con una meta definida, la estadidad.

Producto de un debate interno en el desaparecido Partido Estadista Republicano, el PNP se fundó oficialmente en una asamblea del pueblo estadista el 23 de agosto de 1967 en la cancha Manuel Carrasquillo Arpén de Carolina. Los miles que vivieron aquel momento histórico no podían anticipar entonces la semilla que estaban sembrando. Sólo soñarlo. Carlos Romero Barceló, Juan Aubín Manzano, Francisco (Pompi) González, que todavía están en pie de lucha, son algunos de aquéllos, con muchos miles y miles de entusiastas decididos a todo por el ideal, que acompañaron a don Luis en su sueño creador. Y en su sueño eterno disfrutan los 40 años.

Ferré, que vivió al servicio de su pueblo, en los negocios, en las artes y en otras manifestaciones de la cultura, en la industria creadora de empleos, en la discusión y adelanto de las mejores ideas, cultivando amistades y haciendo relaciones, en la política, incluyendo la Legislatura y el Gobierno, tuvo una meta fundamental: convertir a Puerto Rico en un estado federado. Y lograr la igualdad y el disfrute de privilegios que merecen sus conciudadanos.

Este aniversario político de los 40 años encuentra al PNP preparado para alcanzar lo mejor por venir, con la fuerza y el vigor necesarios para barrer los obstáculos que surjan.

Después de hacer historia al alcanzar más de un millón de votos por primera vez en la historia política de Puerto Rico (en el 1996 para la reelección de Pedro Rosselló), el PNP ha dejado atrás la era del partido y el líder único que creó don Luis Muñoz Marín.

La oposición presente es lo que queda del desacreditado Partido Popular. La sola orientación de su liderato, salpicado de corrupción y perseguido por sospechosas transacciones que son investigadas por un Gran Jurado Federal y el FBI, es coaligarse a cualquier precio para evitar la muerte anunciada. Y en la desesperación y la agonía lloran por un rompimiento interno del PNP como secuela final de las primarias por la gobernación entre Rosselló y Fortuño.

Ni Rosselló ni Fortuño tienen poder de convocatoria suficiente para romper al PNP. Sí, podrían debilitarlo y quizás dividirlo, pero no quieren beneficiar al PPD. Ninguno de los dos ni los casi 300 aspirantes que radicaron candidaturas para todos los puestos electivos en noviembre del 2008 hablan ni temen ni piensan en una división del PNP. Nadie, absolutamente nadie, está en actitud de poner en peligro el triunfo grande, final y definitivo de la estadidad. Y sacar de carrera al ELA y al PPD con Aníbal, Sila y a los demás. Están deseando de ir a votar.

El PNP es un partido acostumbrado a primarias y así lo enseñó don Luis Ferré. Y lo une su herencia de sacrificio. Al contrario del PPD que teme a las primarias y prefiere las componendas y los consensos en chanchullos de cuartos oscuros. La historia los desenmascara porque carecen de la cohesión que distingue al PNP.

En sus 40 años jóvenes, el PNP ha ganado la gobernación en cinco ocasiones y en dos de ellas el PPD ha dominado la Legislatura. Ocurrió primero con Ferré, que tuvo que vérselas con un Senado de enemigos, y luego Romero Barceló, que en su segundo término se vio obstaculizado por una Legislatura de populares rabiosos y revanchistas. Pero fueron derrotados. El país sufre la presencia de Aníbal en Fortaleza y recuerda que ocupa la gobernación sin votos, pero llevado de la mano del Tribunal Supremo.

Rosselló y Fortuño y todos en el PNP están de acuerdo.

El tema no se ha agotado.

No hay comentarios.: