7/28/2006

Bayamón, zona de guerra...

Aplausos y abucheos para Fortuño

Por: Maricarmen Rivera y Maricelis Rivera
EL VOCERO

Los abucheos y gritos de los novoprogresistas ahogaron ayer el mensaje del comisionado residente, Luis Fortuño, obligándolo a dejar su discurso a mitad y partir del evento en honor a José Celso Barbosa escoltado por un contingente policiaco.

La base del Partido Nuevo Progresista (PNP) se quedó ayer esperando un abrazo entre Fortuño y Pedro Rosselló, quienes apenas se saludaron con un distante apretón de manos.

EL VOCERO observó que cuando Rosselló llegó, comenzó a saludar a los presentes en la tarima, ignorando a Fortuño, quien permanecía a su lado, mirándolo. En la fila de atrás, el representante Antonio Silva Delgado le decía insistente a Fortuño "olvídate, salúdalo tú, salúdalo".

El Comisionado Residente tomó la iniciativa. Llamó a Rosselló, quien se viró y encontró la mano extendida de Fortuño. Fue entonces cuando el ex Gobernador le extendió el saludo a su antiguo compañero de papeleta, quien le dijo al oído que quería hablar con él "un minuto", pero Rosselló no contestó. Luego, ante las insistencias de la prensa, se retrataron juntos pero con el alcalde de Bayamón, Ramón Luis Rivera Cruz, en medio de los dos. No se produjo un saludo entre Fortuño y Leo Díaz, a pesar de las insistencias de Fortuño -quien hasta lo tocó en el hombro buscando darle la mano- pero Díaz lo ignoró y nunca lo saludó, según observó este rotativo.

Fortuño, junto a su esposa Lucé Vela, fue el primero en llegar a la actividad frente a la Alcaldía de Bayamón. Subió a la tarima por las escaleras del lado, destinadas a la prensa.

Al llegar al templete, fue a saludar al público y la música, igual que pasó durante su mensaje, opacó los abucheos y gritos en su contra y a su favor.

Unos 20 minutos más tarde, llegó Rosselló acompañado de Díaz y el secretario del PNP, Thomas Rivera Schatz, quienes arribaron a la tarima entre la multitud.

Entre el público, se observaron cartelones y rótulos tanto a favor de Fortuño como de Rosselló y Díaz, que popularizó la frase "Si no es Pedro, es Leo". Ayer, surgieron unas banderas de Puerto Rico con los nombres tanto de Rosselló como de Díaz.

Había casi tantos cartelones a favor de Fortuño como en su contra, pues por cada mensaje de "Fortuño, al rescate del partido" y "Fortuño lo hace mejor", había otro con críticas como "Fortuño, el verdadero cáncer. Dile no a los traidores", "Fortuño, pídele perdón a Pedro por el insulto" y otro que leía "Fortuño, nene riquito, no soporta abucheos", que cargaba orgullosa Carmen García.

"El es un nene riquito porque defiende a los ricos. A mí no me importa lo lindo que sea, mientras más feo, mejor", dijo.

En medio de la vorágine, Fortuño se limitó a decir que seguía "pa’lante", que estaba "encantado de estar aquí" y que respetaba las expresiones "porque eso es parte de la democracia". Dijo que no llegó con Rosselló "porque llegué con mi esposa" y aseguró que le parecía "perfecto" que Rosselló hubiera ido con Díaz, a quien permitieron dar un mensaje como ex presidente del PNP.

El dime y direte de los rótulos provocó varias confrontaciones que requirieron la intervención de la Policía.

Además de los rótulos, también un avión sobrevoló el área con el mensaje "Rosselló y Fortuño los líderes 2008".

Héctor Colón López, de un grupo denominado Servidores Públicos de Obras Públicas en Guayama, se adjudicó el mensaje del avión y se confesó seguidor de Fortuño.

La distancia entre estos dos líderes fue evidente durante toda la actividad de ayer. Rosselló permaneció serio y cabizbajo cuando abucheaban a Fortuño, contrario a Díaz, quien sonreía, como observó EL VOCERO.

Cuando Fortuño ofrecía su mensaje, fueron su esposa, el senador Carmelo Ríos y Silva se pusieron de pie a aplaudirlo cuando dijo "cómo es posible que puertorriqueño se levante contra puertorriqueño por el mero hecho de pensar distinto". El resto de los penepé en la tarima permanecieron sentados.

Contrario a lo que pasó cuando otros líderes hablaron, Fortuño tuvo que competir con la estridente música que duró prácticamente todo su mensaje.

Rosselló fue el líder que más aplausos recibió, provocando reacciones casi delirantes entre los novoprogresistas. Junto a su esposa, Maga Nevares, saludaban efusivos desde la tarima a los que reconocían. La ex primera dama, como suele hacer en las actividades públicas, abanicaba a su esposo que sudaba en su traje crema con camisa azul.

Al concluir los mensajes, Rosselló abandonó la tarima por una esquina y Fortuño se lanzó entre la multitud, custodiado por un contingente de policías. A su salida, le tiraron varios objetos, incluyendo promociones políticas mientras otros lo saludaron efusivos.

Detrás de Fortuño, salió Henry Newman, que sin tener un puesto en el PNP, estuvo sentado en la primera fila.

"Quise acompañarlo porque es una figura importantísima en nuestro partido que había pasado por un momento que entiendo fue indecoroso al que entiendo se enfrentó con mucha valentía. Yo no quise que estuviera solo y por eso hice el acto de solidaridad", sostuvo Newman.

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