11/06/2006

¡Ay Aníbal, que bárbaro eres!

El nuevo golpe de Aníbal

Ismael Fernández
Periodista

06-Noviembre-2006

El gobernador Aníbal Acevedo Vilá se precia que golpea duro. Durísimo. Directo al bolsillo de los contribuyentes. Y no se le escapan ni las finanzas del partido. Estamos con el agua al cuello, pagando impuestos y mas impuestos. Hay aumentos en todo (menos el sueldo). Y ahora viene el golpe más duro de todos, el más costoso. El que más chavos le sacará del bolsillo a la gente. Del que no hay quien se escape, porque todos tenemos que comprar algo. Siempre hay que ir a comprar.

En la farmacia, en el supermercado, en el almacén de descuentos, en las tiendas de ropa, perfumerías, en el heladero, en los ventorrillos, al vendedor ambulante, mercancía, utensilios...

En todo sitio y lugar donde usted tenga que ir a comprar. Desconozco si los diezmos y ofrendas que damos en la iglesia de nuestra preferencia también pagan el 7%. Y el comerciante que se niegue a cobrar el 7% a sus clientes se arriesga a que lo multen en $20,000. Hay que registrarse en el Departamento de Hacienda, y quien no lo haga será multado en diez mil. Y tienen que exhibir el certificado a la vista de los clientes, para que no se equivoquen.

Porque todos los comerciantes son cobradores del Gobierno. Y los compradores son los paganos; si no tienen chavos suficientes, pues compren menos y pague el 7%.

Porque Aníbal es como el Shylock de Shakespere en el clásico de la literatura “El mercader de Venecia”. La libra de carne que le correspondía a aquel diabólico mercader tenía que ser completa, exacta. El 7% de Aníbal tiene que ser completo y exacto. Que lo pague el cliente y consumidor, el que tiene que comprarlo todo. Y podría subir al ocho.

Se calcula que cada uno por ciento debe producirle al Gobierno alrededor de $300 millones anualmente, en números redondos a base de la contabilización del total de ventas al año en toda la Isla, en todos los negocios y servicios.

Y este siete debe rendir la friolera de $21,000,000,000. Así como usted lo lee, en once dígitos, con nueve ceros después del número 21.

Lo repito, $21,000,000,000.

¡Ay Aníbal, que bárbaro eres!

Ahora seguramente harán otros cálculos. Es costumbre, para dorar la píldora venenosa. Como están dorándola con cuentos, en costosos anuncios que paga el Gobierno para provecho de sus agencias publicitarias favoritas, de supuestos alivios contributivos. Esperen y oirán mentirle al pueblo diciendo que no son dos mil cien millones de dólares, sino que son menos, muchos menos.

Don Roberto Sánchez Vilella solía decir, cuando se alejó de Muñoz Marín y se postuló para gobernador con su propio partido, que se encargaría de que los electores no olvidaran las mentiras y errores de su mentor. Pero su partido era un mero partidito y don Roberto no tenía con qué dar la batalla.

Aníbal insistió siempre en el 7% cuando la propuesta era un “sales tax” de cuatro por ciento y un posible uno y medio por ciento para los municipios. Durante el debate público y legislativo se daba por descontado que sería el cuatro y uno por ciento adicional.

Pero Aníbal estaba a la carga, agresivo; que no, que el siete. Quería el siete a toda costa. Y por arte de magia, en el Senado se aprobó una medida, muy confusa, sin historial legislativo senatorial.

Aníbal movió la maquinaria de propaganda, convirtió a sus ciegos seguidores en masoquistas que se complacen cuando los foetean como si pagar las contribuciones más altas es asunto para incondicionales.

Como sacada de la manga, Aníbal firmó el proyecto enseguida y por la noche y proclamó el siete por ciento.

La confusión nunca fue aclarada, y en estos momentos el siete por ciento está impugnado en los tribunales por inciativa de don Carlos Romero Barceló y el ex presidente del Senado, Charlie Rodríguez, en defensa de todos los consumidores que por necesidad compran lo que necesitan y pagan por servicios.

Así llega el nuevo golpe efectivo la semana que viene, el 15 de noviembre. Regalo de Acción de Gracias. Una gracia del Gobernador. Y eso es así con una legislatura adversa, pero si este País de masoquistas sobre los cuales tú gobiernas te dan el control y dominio legislativo como pretendes, habrá que freírse en el infierno. Y en aceite. Sin que quede a los que menos tienen para comprar las medicinas, con taparrabos y esmaya’os.
Como candidato era un santo varón.

Como gobernador (la minúscula es intencional) ha resultado un paquetero. Represivo y abusador contra los más sufridos, contra el más pobre, contra los que menos tienen. Porque el que tiene recursos, sencillamente paga y adelante con la vida; como es su costumbre.

En sus dos años de instalado en Fortaleza, Aníbal ha demostrado ser un gobernante que no tiene clemencia para los gobernados. Es sinónimo de Shylock, pero uno vivo y real, en carne y hueso, con su sed de dinero. Sin igual.

Ese será su legado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Un bárbaro nada mas?. Es un abusador. Esta maltratando al pueblo con sus aumentos.